mini-corcho
Prologo de los cuentos de Hebe Uhart

“Los recuerdos infantiles no abundan en las memorias. Uno de los silencios más expresivos de las autobiografías latinoamericanas, observa Sylvia Molloy, se refiere precisamente a la infancia, como si la «pequeña historia» no pudiera acomodarse en la gesta del autobiógrafo o la trivialidad de las anécdotas pusiera en duda la dimensión de la empresa. Sólo escritores excéntricos como Nora Lange o Felisberto Hernández consiguen librar a los recuerdos infantiles de esa forma velada de pudor o de censura:”
Yo no se qué pasa con mi tiempo pero nunca alcanza.
Mi mundo es chiquito
Siempre ando corriendo como el conejo de Alicia. Como un pollo degollado.
Cómo se hace para encontrar tiempo?
Búsqueda del placer casi infantil.
Exploración de la inocencia llana y pura.
La dificultad para entender sentidos por fuera de la literalidad.
La repetición como forma de aprendizaje, meditación, abandono de la realidad.
Ensueño.
El sueño es la realidad (clarice lispector)

REALISMO MAGICO.

La aceptación de lo bello y lo horrible como partes ineludibles del cotidiano. La vida es hermorrible.
La fantasía como forma de evasión.

QUE HAGO?
Compongo escenas para escapar de la realidad.
Burbujas que protegen y encapsulan situaciones amables y que, como burbujas, translucen lo que está afuera (o es al revés?).
Las burbujas hablan de la niñez, la inocencia y la infancia acolchada y feliz que se construye alrededor de un niñe a fuerza de ocultamientos y disfraces.
Ya vas a entender cuando seas grande.

Hay pena que decolora los recuerdos pero también hay magia de esa que sólo se materializa adentro de ese hábitat fantasioso.
La burbuja es frágil y efímera.

POR QUÉ LO HAGO?
Pienso con las manos
Si hablo de esta infancia sobreprotegida en la que por mas que lo horrible de la vida estuviera cerca nada podía tocarme, puedo desarmar LOS MIEDITOS.
Si rompo la burbuja, lo horrible se mezcla con lo hermoso. Las dos realidades se juntan, la vida es hermorrible. La conciencia de lo hermoso permite atravesar lo horrible. Lo horrible hace que lo hermoso sea mas bello.
Tener un hijo fue un modo de romper la burbuja.

CÓMO LO HAGO?
A través de la técnica de papercut
Representando breves escenas que hacen referencia a mi niñez, a los cuentos infantiles tradicionales, a Hayao Miyazaki, a los paisajes e íconos culturales de Japón.


Quiero hablar de esa sensación que se apodera de mí cuando me ataca un pensamiento automático y no estoy del todo firme. Cómo todo está bien, en equilibrio y aún así, vivo en vilo, esperando que una idea horrible salte de los arbustos, se asome detras de una silla, aparezca entre la ropa del ropero y me arruine el día.
El día está arruinado aún si no aparece el pensamiento automático porque yo ya estuve todo el día esperandolo.
Me da miedo estar desperdiciando la vida angustiada por lo que me imagino que podría pasar.

Los mieditos dejan de ser amenazantes, se vuelven adorables, compañeros aunque a veces se salen de control y se convierten en gigantes medio incómodos que estorban en todas partes.
Que hay atrás de la puerta? No se pero por las dudas me preparo para lo peor
Pre-cleene
post-cleene
MEDITACION TIERNA Y LEVE SOBRE LA NADA. MI ESPIRITU ESTA VACIO POR TANTA FELICIDAD
(clarice lispector, un soplo de vida)

Atrás de la puerta había:
Tres embriones y un bebe, muertos.
La vecina que se murió también, en brazos del encargado del edificio.
Un órgano carcomido por el cáncer. Los pulmones del abuelo?
Una señora que vivió siempre enojada y se murió mas enojada aun. Hola Elena.
Una madre con un par de ataques psicóticos
La misma de los bebitos muertos.
Una abuela narcisista.
Una tía jugadora.
Un gusto por lo morboso (el mío)
El miedo a decir algo equivocado.
Un poco satisfactorio haciendo multiplicaciones veloces en el pizarrón en 3er grado. Y un chirlo.
Necesidad de amor pero también de espacio.
Una contemplación del suicidio porque, la verdad, estoy muy cansada.
Varios sacudones eléctricos porque me pasé de actividad.
Seguirá pasando eso? Sí, cuando Haru me pellizca los codos y las rodillas.

Así, con las palabras correctas, no era tan terrible, che.
The Children of Nathan Starr
1835
Ambrose Andrews
The Alling Children
Oliver Tarbell Eddy